De "Redobles del Tambor"... de Walt Whitman
La mano amputada, del muñón del brazo,
Retiro las hilas ensangrentadas, quito la escara, lavo el pus y la sangre,
El soldado se vuelve a su almohada con el cuello encorvado y la cabeza ladeada,
Están cerrados sus ojos, el rostro pálido, no se atreve a verse el muñón sangrante.
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